El barrio chino de la Habana

El barrio chino de la Habana

Rodrigo Campos
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Introducción

 

De la incursión de Tusanaje-秘从中来 al Barrio Chino de La Habana debo destacar el enorme aporte de María del Carmen Kouw. Una tusán habanera de más de 75 años (una «descendiente china», como dice ella y todos los cubanos de ascendencia china) que lleva a cuestas una labor diaria e infatigable. Es fundadora de la Casa de Artes y Tradiciones Chinas, una centro cultural del Barrio Chino de la capital que lleva varios años promoviendo la cultura china entre los cubanos. Ella es una de las líderes -sí, hay una marcada mayoría femenina en todas las instituciones sobrevivientes- de esa resistencia cultural desde aquel espacio, un amotinamiento de personas que ya excedieron las siete décadas que busca que no se extinga la memoria del aporte de sus padres y de los inmigrantes de inicio del siglo pasado. Personas como ella, que realizan un trabajo persistente lleno de ingenio para superar las limitaciones materiales, son una inspiración para los que buscamos no solo conservar la memoria, sino también fortalecer la identidad para el futuro de nuestras comunidades.

Hubo un recibimiento especialmente caluroso en La Habana; sin embargo, la conexión con María del Carmen fue especial. Decidió dejar su rutina en el Barrio Chino para asistir, en la Universidad de La Habana, a las presentaciones de Huiying Chan y de mí, ambos miembros de Tusanaje-秘从中来. Justo en uno de esos días quedé prendido del Los chinos en La Habana de la investigadora Mercedes Crespo, que sobresalía de entre otros títulos de una exposición de textos sobre China y Cuba. Aunque la encantadora Mercedes, una estudiosa del mundo asiático de larga data, quería ayudarme, no podía. «Es que a mí misma no me queda ni un ejemplar», me dijo. La exposición era para mirar, no había libros a la venta. Alguien entre la gente (quizás la profesora Yrmina Eng) me susurró que la única que podía solucionar el problema era María del Carmen. Y así fue. Me consiguió, gracias a esas claves que tienen los que mueven los hilos, un ejemplar que ni la misma autora hubiera conseguido. «María del Carmen, me lo tienes que dedicar», le dije alegremente. «Ya te lo escribí, eso ya está», me contestó con esa voz cadenciosa, añeja y cubana que me recordaba a Omara Portuondo.

Le propuse que colabore con nosotros, como corresponsal en La Habana y aceptó de inmediato. Al siguiente día llegó con un texto impreso, una reseña que había hecho hacía poco tiempo para un simposio de historiadores cubanos. Este texto, que presento a continuación, es una excelente introducción -de la mano de una de los actores principales- al desarrollo del Barrio Chino habanero a lo largo del siglo XX. María del Carmen ha sido una de las claves para la revitalización que comenzó hace poco más de veinte años, en pleno Período Especial. Con enorme placer y en nombre de todo el equipo, les presentamos a una activista cultural fundamental de la diáspora en Cuba, una miembro de lujo para Tusanaje-秘从中来 representando a la Antilla mayor.

Querida María del Carmen, sé que no puedes leerme porque el bloqueo gubernamental no lo permite pero estas líneas van para ti, por el enorme trabajo de toda tu vida al servicio de la colectividad, y por la promesa que te hice. Que sepan todos los tusanes la maravillosa persona que eres y el genial trabajo que realizas.

Rodrigo P. Campos

Link de descarga:

http://www.tusanaje.org/pdfdescarga/Cuba_barrio_chino_habana_maria_carmen_kouw.pdf

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