Carta a una notable profesora

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Rodrigo Campos
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Estimada profesora:

Veo con alarma que no he respondido a su último mensaje, de hace un mes. Le ofrezco mis disculpas por eso. Me alegra saber que ya está en casa. Le agradezco su preocupación en escribirme. Lo aprecio y lo tomo como un gesto de amistad que recibo honrado.

Respecto a las ideas que usted propone, debo decir que hay que hacer varias aclaraciones. Adelanto que discrepo cordialmente. Usted plantea que los ataques del señor Julio Leung hacia mí son representativos del actuar y pensar de los chinos, una demostración que ellos nos desprecian o, en el mejor de los casos, nos subvaloran a los chinos de ultramar y a los descendientes (considero estas dos como categorías diferenciadas, la segunda de «descendiente» contiene para mí un paso del tiempo manifestado en generaciones y un componente mestizo).

Esto podría tomarse en cuenta si no fuera que el señor Julio Leung fuera peruano. Peruanazo. Un mestizo con sangre china por una rama y con sangre peruana por la otra. Educado en una universidad de pacotilla y buen representante de la educación paupérrima de las universidades bamba proliferadas desde el fujimorato. En efecto, él mismo es fujimorista. En suma, un representante de los conservadores de baja educación que hay en el Perú. Lo sé porque, a partir de sus ataques, varios miembros de Tusanaje empezaron una investigación de tipo doxing en Internet. Fue muy irónico encontrar en su muro de Facebook que apoyaba a Martha Chávez. Es decir, él ignoraba que apoyaba a una orgullosa descendiente de chinos sin apellido y sin rasgos chinos ¡tal como yo! Esta clase de gente se presta al ridículo.

Lo cierto es que a los comentarios racistas que puso en el muro de la página de Facebook de Tusanaje, le siguió enormes muestras de apoyo público y privado a mi persona de parte de tusanes con autoridad en la comunidad peruano china o destacados en sus áreas, además del apoyo de no tusanes especializados en China o las migraciones. Un mar de solidaridad que sentí con calidez. Un mar que no deja dudas de cuál es el discurso que recibe legitimidad de parte de la misma comunidad tusán.

Ahora, respecto a la forma de pensar de los chinos. Como usted sabe, yo he vivido en China por cuatro años. En ese tiempo, entre otras cuestiones, e investigado sobre la inmigración china y sobre la percepción que tienen los chinos sobre los chinos de ultramar y sus descendientes. Me esperaba que sea una manera de pensar excluyente, cerrada y discriminatoria como la de los miembros de la Beneficencia en Lima. Mi sorpresa fue enorme cuando comprobé que era lo contrario. Tanto en zonas con poca tradición migratoria así como las del Sur, donde sí la hay, me topé con enormes mayorías que veían con interés, prestigio o al menos una curiosidad positiva el fenómeno de la diáspora china en el mundo. Al enterarse que yo era un descendiente no recibí cuestionamientos sino enormes muestras de afecto y un trato más cercano. Me han sentado a sus mesas, me han llamado hermano y hasta me han salvado el pellejo por venir de unos campesinos de Zhongshan.

Además de una buena parte de China, he visitado a las comunidades de Malasia, Tailandia, Cuba y España, y tengo una relación estrecha con México, Costa Rica y algunos de Argentina, Venezuela o República Dominicana. Podemos decir hasta este momento que las actitudes excluyentes a los nietos y bisnietos, a los mestizos y a los que no hablan chino son un producto de la diáspora más que de China continental. Lo he visto en los países antes mencionados tanto como en el Perú. No estoy obviando el histórico desdén a los que se iban del Imperio Qing. No estoy evitando el hecho que, en efecto, China no tiene políticas públicas hacia sus descendientes más allá de hijos de chinos. No. Pero a nivel de las personas, no hay un espíritu segregador. Habría que investigar en la Beneficencia por qué ahí sí.

Lo cierto es que el señor Leung no representa el espíritu de los chinos del continente. Sin embargo, es evidente que sí representa la manera de pensar de un sector de tusanes que ven en su pureza étnica un valor intrínseco y en la participación de los mestizos en el debate una amenaza. Unos intrusos ocupando su espacio. Eso existe y es innegable. Esa es una de las cosas que Tusanaje contribuye a cambiar. Queremos una comunidad más inclusiva. Que no ponga su esfuerzo en intentar mantenerse cerrada y china (cuando en las mayorías esa aspiración es un romanticismo ridículo puesto que son muy, muy peruanos y sus conocimientos sobre China se limitan a un puñado de estereotipos), sino que celebre con todos el compartir un pasado común y la fortuna de hallarse entre dos grandes y complejas matrices culturales.

Usted decía acertadamente que en sus estudios he encontrado que usted ya tocaba este tema de la exclusión de los más chinos hacia los menos chinos (usted lo pone en términos del chino y del tusán). Sin embargo, este no es un tema que yo haya conocido en sus trabajos. En ellos encontré una visión académica de algo que ya yo había vivido muchas veces en mi vida. Lo de Leung me coge curtido, profesora. Para mí sería más fácil olvidarme de lo tusán. Performar de cholo. Nadie me cuestionaría y en apariencia encajaría a la perfección. El tema es que esa no es la realidad. La realidad es que soy cholo y tusán. Lo otro sería querer ajustar mi existencia a las categorías que los otros tienen. Yo no tengo la culpa que haya gente básica que no pueda entender que hay descendientes de chinos que no se ven chinos. No tengo la culpa que ellos no sepan historia. No voy a escindirme de mi casa, mi familia y mis amigos, imagínese, por caber en sus ideas. Además, desde Tusanaje, tengo el compromiso de representar a los miles de tusanes mestizos. No solo yo los represento, por supuesto. Pero también lo hago. Gente poco entendida cree que somos unos advenedizos, unos impostores aparecidos siguiendo con el olfato el olor al soft power chino. Ignoran que siempre hemos estado allí. Solo que los reflectores no estaban en nosotros. Otros creen que todos los que no nos vemos chinos somos peruanos que un día descubrieron por casualidad un tatarabuelo chino y que hemos decidido forzadamente que nos convertiremos en algo que no somos. Otra idea simplista. Somos muchísimos los que tenemos rostros cholos, afros o criollos que hemos sido criados por nuestros padres tusanes, o por nuestra apó y nuestro akún. En hogares bilingües, comiendo con faichi y prendiendo jeon a nuestros muertos. Y no nos vemos chinos aunque sean chinos o tusanes los que nos han criado. A la par de otras costumbres, de otros familiares, sin entrar en conflicto. Así es el Perú. Tusanaje, en ese sentido, busca nombrar esta parte de la realidad que no ha sido visibilizada hasta ahora. Y hay que visibilizarla porque es valiosa en su multiculturalidad.

Por último, algo importante. Tusanaje no representa el discurso del gobierno de la RPCh. Tusanaje no reproduce su discurso. Todos los miembros, desde nuestras opiniones y circunstancias personales tenemos un punto de vista sobre el proceso y la actualidad china. Creo que todo análisis sobre la realidad china incluiría el reconocimiento de muchos aciertos y la crítica dura a muchos errores. Tusanaje comparte noticias y artículos de distintas fuentes. A su vez, contiene textos de autores con pensamientos variados. Tenemos textos de usted, por ejemplo.

Además, es evidente que Tusanaje tiene una línea progresista y comprometida con las luchas de las minorías étnicas, sociales, sexuales, entre otras. Tenemos un círculo de mujeres feministas tusanes y otro de tusanes LGBTQ+. Solo ahí hay gran evidencia de que no podríamos estar alineados con el gobierno de la RPCh. No le servimos la mesa a nadie. Tampoco a ningún gobierno de América Latina. Nosotros tenemos un amor enorme por la cultura y la sociedad china. Lo vemos desde una perspectiva histórica y personal. Nos toca en las fibras más allá del gobierno de turno. Para una intelectual de su talla, y que nosotros admiramos, -no pierdo ocasión para recordárselo- es muy sencillo diferenciar la admiración por la cultura y la historia, de la admiración a un gobierno y a su agenda.

Esta carta es muy larga ya. Me disculpo por eso. Espero que usted se encuentre muy bien. Que estar en casa le haya sentado bien. Por favor, cuídese mucho. Los tusanes la queremos.

 

Rodrigo Campos 02-12-2020

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