Boya Li: Tusanaje y la conciencia cultural de los tusanes en el Perú

Boya Li: Tusanaje y la conciencia cultural de los tusanes en el Perú

Tusanaje Editorial Web

 

El pasado 24 de septiembre, la doctora en Historia por la PUCP Boya Li participó en el congreso «Cooperação Sul-Sul: 70 anos depois de Bandung», realizado en la Universidade Federal da Bahia (Brasil). Su ponencia, titulada Tusanaje e a consciência cultural dos tusanes (descendentes chineses nascidos no Peru) no Peru, ofreció un análisis profundo sobre cómo el activismo cultural puede convertirse en motor de identidad, memoria y transformación colectiva.

Desde el inicio, Li situó el tema en un marco histórico más amplio: tras la Conferencia de Bandung de 1955, los países del Sur Global comenzaron a buscar formas alternativas de cooperación, no basadas en jerarquías coloniales, sino en solidaridad y autonomía. En este contexto, subrayó, la cultura constituye también un terreno de cooperación. Fue allí donde introdujo el caso del colectivo Tusanaje, creado en 2017 en el Perú, como ejemplo de construcción identitaria desde el Sur y para el Sur.

El concepto central de su exposición fue la “conciencia cultural”, formulado por el sociólogo chino Fei Xiaotong. Para Li, esta noción ayuda a comprender cómo los descendientes de migrantes chinos en el Perú —conocidos como tusanes— han aprendido a narrarse con voz propia. No se trata de imitar modelos externos ni de dejarse definir por miradas ajenas, sino de reconocer el valor de la propia historia y proyectar futuros desde esa base cultural.

La doctora Li explicó cómo Tusanaje, desde su creación, ha apostado por un activismo cultural que no se reduce a preservar el pasado, sino que busca generar nuevas formas de ser tusán en el presente. En su recorrido, la ponente destacó que el nombre de Tusanaje es en sí mismo una declaración política y cultural. Combina los términos tusán, mestizaje y linaje, mientras que en chino 秘从中来 admite varias lecturas: “peruanos que vienen de China” o “los secretos vienen de aquí”. Con ello, el colectivo afirma un espacio híbrido, distinto tanto de la identidad “china” como de la “peruana”, y propone una tercera vía: la tusanidad.

Li comparó a Tusanaje con instituciones históricas como la Sociedad Central de Beneficencia China o la Asociación Peruano China. Mientras estas asociaciones suelen estar ligadas a élites económicas o a criterios de pertenencia más restrictivos, Tusanaje se distingue por ser joven, digital, inclusivo y transnacional. Sus miembros provienen de distintas disciplinas del arte, las humanidades y las ciencias sociales, generaciones y países, lo que refleja una apuesta por la diversidad y la apertura.

La doctora presentó también algunos de los proyectos más emblemáticos del colectivo: la campaña “Soy tusán” (2017), que logró el reconocimiento oficial de la identidad tusán en el censo nacional peruano; el proyecto “200 tusanes del Bicentenario” (2021), que dio visibilidad a personajes de la comunidad tusán en el marco del bicentenario peruano, priorizando aportes culturales y académicos frente a criterios de poder económico; y la exposición digital “Con tinta tusán” (2022), apoyada por el Ministerio de Cultura y dedicada a escritores de ascendencia china en el Perú.

Durante la pandemia, además, Tusanaje fortaleció su red internacional a través de seminarios virtuales que conectaron a tusanes y aliados desde América Latina, Europa y Asia, consolidándose como un referente cultural transnacional.

En sus conclusiones, Li afirmó que la experiencia de Tusanaje es una práctica viva de la epistemología del Sur: la producción de saberes propios, desde comunidades históricamente invisibilizadas, que se convierten en protagonistas de su propia narrativa, y desafían la hegemonía de las narrativas eurocéntricas o del “Norte Global”. Siguiendo el espíritu de Bandung, Tusanaje muestra que la cultura no solo rescata memorias, sino que también construye futuros compartidos. El trabajo del colectivo muestra que la cultura no es un simple reflejo del pasado, sino una herramienta activa para disputar espacios de representación, transformar relaciones sociales y proyectar identidades hacia el futuro.

La ponencia de Boya Li fue, en suma, un recordatorio de que la cooperación Sur-Sur no se limita a tratados diplomáticos o económicos: también se expresa en proyectos culturales que reafirman identidades híbridas, democratizan memorias y generan vínculos solidarios entre pueblos.

 

 

 

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