Feliz año… de nuevo

Feliz año… de nuevo

Antonio Liu Yang
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Muchos de mis amigos que me conocen bien saben que tengo tres años nuevos; uno que empieza el 1 de enero, otro que empieza con el Año Nuevo Chino y otro tercero que empieza el 1 de septiembre, el año lectivo. Este último es debido a la costumbre de tantos años que pasé en la facultad…

Recuerdo que en aquellos años, toda mi vida giraba en torno al calendario escolar: la rutina del día a día, los fines de semana, qué días salías de fiesta, los exámenes, las vacaciones de Navidad, las de Pascua y finalmente, después de un duro mes de exámenes que no siempre salía airoso, el merecido (o no) verano que pasaba trabajando en el restaurante chino de mis padres.

Han pasado ya muchos años, pero la costumbre de empezar el año nuevo en septiembre sigue presente, tanto que este año he decidido aplicar técnicas del Bullet Journal para crear mi propia agenda de productividad personal.

En ella he querido incluir, además del día a día, un mapa mental de las previsiones del 2019, un árbol de grandes eventos del año, el desafío de leerme 30 libros durante 12 meses, de perder peso (como todos los años) y citas en post it que me hacen reflexionar.

Como veis, no tiene nada de especial, ni tampoco soy un artista dibujando, pero la idea es simple: registrar el día a día (dinero gastado, páginas leídas, palabras nuevas aprendidas en otros idiomas, los highlights, momentos felices, pasos que doy diariamente) observar los resultados semana tras semana (control del peso, control total de lecturas, aprendizaje) y al final de cada mes, reflexionar sobre cómo ha ido el mes con preguntas del tipo:

  • ¿Cómo ha ido el mes en cuanto a… (proyectos, ingresos, salud, aprendizaje… etc.)?
  • ¿Qué haría más? ¿Qué haría menos?
  • Grandes batallas

Al final de cada trimestre hay un espacio para reflexionar sobre el rumbo del año y, al acabar el año, coincide precisamente ahora con mi corrección trimestral, y gustosamente lo comparto con todos vosotros:

  • Falta de constancia: factor clave, al no tener un hábito de anotar diariamente las pequeñas acciones, me faltan datos para poder observar la semana con claridad y dificultad aún mayor a la hora de reflexionar sobre cada mes.
  • Volver a la rutina: no siempre fue una falta de constancia, de hecho pasé la barrera de los 21 días (Link: https://elpais.com/elpais/2014/12/16/buenavida/1418743679_996306.html) pero al dejar de anotar un día sí y otro también, dejas de lado tu agenda y te centras en el día a día.
  • Pilares fundamentales: la rutina es como un castillo de naipes, cuando dejas un aspecto de lado, los demás también se consumen por la pereza y acaban cayendo todos los pilares.

Por eso, aprovechando mi segundo año nuevo, volveré a la carga con la agenda, a detallar el día a día, a observar semana tras semana y a reflexionar sobre cómo ha ido el mes…. y si me consume la pereza de nuevo, siempre tendré mi tercer año nuevo esperándome a la vuelta de la esquina.

Feliz año…. ¡de nuevo a todos!

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