Crisis más allá de la pandemia

Crisis más allá de la pandemia

Nilton Maa
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Hace algunos días me llegó un documento en el cual se solicitaba al gobierno velar por los artistas de nuestra nación a través de un bono de auxilio. Artistas que, a causa de la cuarentena, el distanciamiento y la imposibilidad de trabajar, requerían de la asistencia que el gobierno ha prometido a sus ciudadanos. En respuesta a dicha solicitud, nos encontramos con la columna de la señora Patricia Salinas, quien con sus palabras cargadas de desdén nos ha mostrado el lado más oscuro de la resquebrajada comunidad peruana en la que vivimos. “¿Saben lo que es vivir, realmente, en total abandono?”, pregunta ella y la respuesta es sencilla: lo sabemos a la perfección, pues desde pequeños nos han mentido a diario diciendo que el arte no es una profesión, que es un pasatiempo perfecto, pero nunca una carrera que se deba elegir y cuando finalmente peleamos contra la miopía de los propios, nos enfrentamos a una realidad más difícil aún: el abandono del estado, el cual aún no reconoce nuestros derechos como artistas.

“…son los propietarios de los medios de comunicación que con esa visión presionan para que NO se apruebe la enmienda de la ley del artista (seguro social) porque esto les significa mayores gastos e impuestos al espectáculo y reconocimiento de derechos públicos y autoría… con esa mirada nos niegan una ley que nos da seguridad social para no ser limosneros en los hospitales donde solo nos atienden por la sensibilidad de algún doctor amigo…” – Susana Baca.

Hemos sido llamados “artistas miserables” como si no fuera suficiente conocer cuál es el precio que debemos pagar por hacer y tratar de vivir de nuestro arte (trabajo sin contratos, sin beneficios sociales y mal remunerados) en beneficio de nuestro país y digo en beneficio, porque no debemos olvidar los grandes aportes de artistas peruanos que han cambiado la visión de muchos y que siguen llevando nuestra voz por el mundo, artistas que construyen el devenir de nuestra sociedad a través de la memoria y que aportan conciencia para un mejor desarrollo de nuestra realidad basado en la sensibilidad y la empatía. Es el arte que nos educa, nos ayuda a trasmitir el lenguaje del alma, nos hermana y nos ayuda a comprender nuestras diferencias. El arte nos humaniza y ser humanos es lo que más necesitamos en momentos como este.

“¿Podemos vivir sin ellos?”, se pregunta la señora Salinas, refiriéndose al arte, para luego, todopoderosa, responderse: “¡Sí!  Porque, aunque son cosas importantes, no son indispensables.” Ha sido la voz de trovadores, narradores orales, compositores, cantantes, músicos, poetas, novelistas, pintores y demás artistas, la que mantiene viva y presente la memoria de nuestro pueblo, prevaleciendo por sobre guerras, invasiones, enfermedades y todo tipo de calamidades. Es con arte que nos ayudamos a comprender mejor los libros de historia tan difíciles de leer y muchas veces comprender. Es el arte el que mantiene el alma del pueblo vigente y en armonía. A través del arte somos capaces de ser hermanos frente a cualquier crisis que tengamos que confrontar.

¿Debemos recordarle a la señora Patricia Salinas los logros obtenidos gracias al esfuerzo de artistas que ella ve el día de hoy por encima del hombro e insinuando que es nuestra profesión menos importante que cualquier otra? Es deber recordarle también que al hablar de artistas no nos referimos solo a aquellos que se encuentran bajo las luces, frente a las cámaras, aquellos que son endiosados por periodistas como ella. Recurro a las palabras de la señora Gladys Moscoso: “…también he visto el famoso cine nacional: “Retablo”; “Mataindios”; “La luz en el cerro”; “La casa rosada”… Ése que aunque rompa récords de taquilla y calabazas televisivas recomiendan no ir a ver, ES y es premiado en el mundo entero.” O en palabras de la ex ministra de cultura Susana Baca: “… he caminado por casi todos los caminos de mi patria y en ellos vi y veo a los artistas de las zonas rurales… donde en medio de esos fríos de madrugada, que es así como trabajan mis colegas, salen con sus arpas y violines a ganarse el pan en alguna fiesta patronal, en algún carnaval, o finalmente en velorios… artistas que además de mostrar y realizar su arte, tienen el derecho de cobrar un poco de dinero…”

Leer el artículo tan desinformado y con un criterio tan pobre, me ha generado una marea de sensaciones que van desde la pena hasta la rabia. Los artistas somos también parte fundamental de la sociedad peruana, por lo cual, no debemos seguir aguantando estos ataques respaldados por argumentos infelices y por entidades que tienen el mismo nivel de empatía, conocimiento y respeto (nulo) por nuestras profesiones. Tenemos los mismos derechos y necesidades que otros peruanos que también se han visto privados de sus medios de trabajo en favor de un bien mayor y más allá de cualquier solicitud extendida a la autoridad correspondiente, de mi parte, como artista, pido respeto y disculpas públicas, por todas aquellas palabras mal utilizadas a través del artículo de la revista Gestión redactada por esta periodista.

Link del post de Susana Baca:

https://www.facebook.com/story.php?story_fbid=10213165025880858&id=1851416274%3Fsfnsn%3Dmo

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