Inmutable, como un gallo de madera

Inmutable, como un gallo de madera

Francisco Nájar
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Esta semana, el viernes 16 de febrero, comenzará el Año Chino del Perro de Tierra. Los preparativos para recibir este nuevo año ya se están llevando a cabo en toda China y en ciudades con significativa población china o de sus descendientes. Es un sincero gozo poder ser parte de este período de alegría, unión familiar y de expectativas positivas hacia el futuro inminente. Sin embargo, antes de darle la bienvenida al año que ya se asoma, este humilde redactor quisiera despedir el año en curso presentando a usted, querido lector, una breve historia tomada del clásico taoísta “Zhuangzi”. En esta conmovedora fábula -que precisamente tiene a un gallo como protagonista- el filósofo del Tao describe lo que ha de comprenderse como el ideal del poder y la fuerza, no como una cualidad que se exhiba con altanería, a viva voz y con una actitud combativa; al contrario, Zhuangzi nos enseña que la verdadera fuerza se observa en la calma y proviene del interior de cada uno. A continuación, el cuento:

Ji Shengzi criaba un gallo de pelea para el rey.

Al cabo de diez días, el rey le preguntó:

-“¿Está listo ya mi gallo?”

-“Aún no, el ave se muestra demasiado arrogante y temperamental”. Fue la respuesta de Ji Shengzi.

Diez días después, el rey volvió a preguntar por su ave de pelea,

-“Aún no, todavía reacciona con violencia ante el ruido y las sombras”. Explicó Ji Shengzi.

Pasaron diez días más y el rey volvió a realizar la misma pregunta.

-“Aún no, todavía se muestra vigoroso y con un carácter dominante.” Fue la respuesta que recibió de parte del criador.

Otros diez días más transcurrieron y el rey, ya por cuarta vez, preguntó a Ji Shengzi por su gallo de pelea.

– “Está prácticamente listo, a pesar de oír el cacareo de otras aves de pelea, ello no tiene el menor efecto en su gallo. Al verlo, se asemeja a un gallo hecho de madera, completamente inmutable, imperturbable; está entrenado de tal modo que obtendrá la victoria en cualquier combate, los gallos rivales no se atreverán a enfrentársele, darán media vuelta y huirán.”

Traducción propia

 

¡Que exquisito el concepto de fortaleza que Zhuangzi nos transmite en esta fábula! Aquel aplomo que emerge del interior de uno como una paz y calma de espíritu y que a menudo solo se alcanza luego de haber superado las tribulaciones y dificultades de la vida: aquel riguroso “entrenamiento” al que todos, en las vidas que nos ha tocado vivir (y que, al mismo tiempo, estamos intentando construir) nos atentemos. Son muchos los combates que hemos de enfrentar en nuestro día a día, y si los viésemos no como problemas en sí mismos, sino como parte del entrenamiento, como los bloques que construyen un muro, como los escalones que nos llevan al piso elevado, como cada hora, cada día, de los cuarenta que el gallo de nuestra fábula tuvo que superar, hasta alcanzar la calma interior, la victoria definitiva.

Es inevitable también recordar las palabras de Sun Zi en “El arte de la guerra”, donde el célebre general define el triunfo más sublime: “La mejor victoria es vencer sin combatir”. Nuestro gallo, es, qué duda cabe, un combatiente sublime.

Podrán algunos objetar que nuestro diligente y carismático gallo tenía a su lado a un experto criador que lo llevo a alcanzar el más elevado nivel de fortaleza espiritual, pero no olvidemos tampoco las palabras de Confucio 「三人行,必有我師焉。擇其善者而從之,其不善者而改之。」, que en español podría leerse como “por cada dos que caminen a mi lado, uno será mi maestro. Elegiré sus virtudes y las imitaré, observaré sus defectos y me corregiré a mí mismo”. Busquemos pues, ser como aquel gallo, y también, ¡por supuesto!, ser nuestros propios criadores, nuestros propios entrenadores. Cultivemos nuestro espíritu, nuestra mente, las adversidades que nos arroja la vida no son sino el entrenamiento para alcanzar ese estado de inmutabilidad, alcanzado el cual nos mantendremos serenos, imperturbables, como un gallo hecho de madera, que irradia una entereza y poder y ante el cual los rivales, los problemas de toda índole, huyen despavoridos.

Amables lectores, les deseo anticipadamente un muy feliz inicio de año, que este año del perro les brinde mucha felicidad, abundancia y fortaleza.

祝各位讀者新年快樂,心想事成!.

樊博聞

Francisco J. Nájar Ramal


Texto original del cuento (en chino clásico, tomado del clásico taoísta “Zhuangzi”)

《莊子·達生》

紀渻子為王養鬥雞。

十日而問:「雞已乎?」曰:「未也。方虛憍而恃氣。」

十日又問。曰:「未也。猶應嚮景。」

十日又問。曰:「未也。猶疾視而盛氣。」

十日又問。曰:「幾矣。雞雖有鳴者,已無變矣,

望之似木雞矣,其德全矣,異雞無敢應者,反走矣。」

 

Nota: el redactor del artículo se encuentra inequívocamente en contra de los espectáculos conocidos como “peleas de gallos” y de cualquier otra acción que ejerza violencia contra los animales, ya sea que esta ocurra dentro de la industria alimentaria, de entretenimiento, textil, de crianza de mascotas y experimentación en la industria cosmética e investigación médica que no se adhiera al principio de las tres R.

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