De Cam a Campos, historia visual de un apellido: entrevista a Hernán Hernández Kcomt

De Cam a Campos, historia visual de un apellido: entrevista a Hernán Hernández Kcomt

Tusanaje Editorial Web

Hernán Hernández Kcomt es bisnieto de Arturo Kcomt cuyo nombre original era Kam Key Chiu (甘其釗) que  llegó de Zhongshan en los primeros años del siglo XX, y de la tusán Adela Sánchez, probablemente descendiente de chinos llegados después de la segunda mitad del siglo XIX. Artista visual con exposiciones individuales como Imposición/Imposible Traducción (Museo Qorikancha, 2017), System/Sypmtom/ Synthesis (Alianza Francesa de Miraflores, 2022),  Invisibles N°10 (ICPNA, 2023) y Artefacto para la recopilación de una historia contemporánea del Perú (MAC, 2024). Ha sido además ganador de concursos como Pasaporte para un Artista (2019) y Mención honrosa en el Premio Nacional de Artes Visuales de Trujillo (2018) y finalista en el III Salón Nacional de Fotografía (ICPNA, 2012) y las Becas Roberto Villagraz (EFTI, 2013), ambos con el proyecto Historias de Familia, inspirado en la memoria y los vacíos en su ascendencia china. Su reciente álbum Campos del Perú forma parte del 2 Salón de Fotografía de Trujillo promovido por el proyecto Basefoto. 

 

Hernán, dentro de tu amplio espectro como artista visual, ¿cómo te definirías en relación a tus raíces chinas y peruanas?

Me defino como peruano con ciertas características culturales chinas, a raíz de mi crianza en casa de mis abuelos. Ellos mismos, como hijos de migrantes, eran ya más peruanos que chinos cuando los conocí, pero me legaron una ética laboral un cierto pragmatismo y una cierta frugalidad que identifico como las características chinas que sobrevivieron a los rigores de la migración debido a que precisamente eran las más necesarias para la subsistencia y, posteriormente, el éxito comercial. Como si se tratara de un filtro de rasgos culturales. Pues, por otro lado, otras tradiciones de contenido más cultural, idiomático e incluso gastronómico, sí se fueron perdiendo con el paso de los años.

En ese contexto, ¿cómo dialoga tu trabajo con otras experiencias artísticas sobre migración y memoria en el Perú o América Latina?

Realmente nunca he investigado a fondo experiencias artísticas sobre migración, pues como tusán de 3a o 4a generación (mi abuelo nació en Lima pero viajó de pequeño y creció en China, de donde volvió ya en la adultez), se trata de una vivencia lejana. Pero, en el caso de Campos del Perú, la obra fue originalmente concebida para dialogar con las obras de diferentes artistas chilenos y peruanos en la colectiva Mestizaje XXY, en la que mis fotos intervenidas fueron pegadas sobre un inmenso mapa conceptual sobre las mezclas en Latinoamérica, formando así una trayectoria fantasmal sobre una geografía siempre frágil y fragmentaria.

En el albúm Campos del Perú realizas una intervención al archivo familiar 甘 (Cam), ¿Qué te motivó a realizar esta serie?

Si bien es cierto que la obra surge en el contexto de la exposición Mestizaje XXY, la motivación más profunda para esta obra se encuentra en mi experiencia familiar. Mi madre falleció de cáncer hace dos años. Mis abuelos, como es natural, han fallecido hace ya bastante tiempo. Y mi tía, quien me crió junto con ellos, se aproxima inevitablemente a la vejez. En esta revisión al archivo familiar creo que subyace un sentimiento de nostalgia y de pérdida que me ha exigido embarcarme en esta búsqueda.

El apellido 甘 (Cam) al llegar al Perú se ramificó en Kcomt, Kamt, Cam, Com, Khang, Campos, Campoy…  ¿Qué revela esta fragmentación sobre la historia de tu familia y sobre la inmigración china en general?

En el álbum incluyó un texto de Rodrigo Campos sobre su experiencia como descendiente Cam con apellido cambiado. Algo que él menciona y que comparto plenamente es que, en ese entonces, el derecho a la identidad de un migrante pobre era mucho menos importante que la facilidad para llamarlo para trabajar. En mi caso, como Kcomt, tuve una suerte diferente quizás. La de un apellido que no se entendió bien en el momento del registro y que se terminó exotizando.

¿Cómo se refleja esta reflexión en el álbum Campos del Perú?

El trabajo consiste en calar las siluetas de los personajes y centrarme más bien en el fondo. El cual es también calado para pasar por diferentes procesos en diferentes zonas, generando así una sensación de extrañamiento con el paisaje (los campos del Perú), que al sentirse más irreales pueden integrar incluso fragmentos de paisajes de la pintura Shanshui tradicional china. A nivel conceptual además relaciono este proceso de extrañamiento con lo unheimilich, concepto que representa «lo siniestro» pero que traducido literalmente significa «lo no familiar». Un mecanismo en el cual lo cotidiano de los recuerdos se convierte también en un espacio de dislocación, de desequilibrio y ausencia.

 

Álbum Campos del Perú.

Foto: Archivo de Hernán Hernández Kcomt

 

El álbum visibiliza las variaciones de los apellidos tusanes. Esta historia es poco conocida para el público peruano. ¿Puede el arte crear dispositivos que almacenen narrativas sobre el devenir de la comunidad tusán?

Por supuesto. Todo arte es, para mí, un mecanismo de generación de sentido (religioso, ideológico, revolucionario, etc. dependiendo del contexto). Y, por lo tanto, se trata de una forma de comunicación en la que los datos fríos y racionales de lo documental pueden convivir con los aspectos más emotivos de la experiencia del artista. Así, estas narrativas pueden ser vividas también por un público aunque no tenga necesariamente una experiencia parecida.

Haz transformado materiales íntimos como fotografías familiares y papeles contables del negocio familiar en piezas artísticas. ¿Qué papel ocupa el archivo —personal o colectivo— en tu práctica artística?

Mi formación como fotógrafo en el Centro de la Imagen terminó, paradójicamente, con un fuerte rechazo a la producción de nuevas fotografías. En ese tiempo se hablaba de la Postfotografía, de una ecología de las imágenes que se centrará más en generar sentidos que en construir nuevas imágenes desde cero, en un contexto de sobresaturación de éstas debido a la aparición de las redes sociales. Desde entonces prácticamente todo mi trabajo personal ha utilizado diferentes tipos de archivos (familiares, periodísticos, históricos, incluso musicales, etc.) con el fin de generar nuevas lecturas a estos elementos que son constantemente naturalizados.

La escritura manual de tu tía forma parte de la exposición. ¿Qué importancia tuvo sumar esa colaboración al proyecto?

Muchísima. Como mencioné, en esta obra subyace una sensación de pérdida que tiene que ver con el ciclo vital mío y de mi familia, la generación de mi madre. El álbum fue cosido a mano siguiendo el patrón de un libro de mi abuelo que encontré en casa. Mi tía me ayudó a descifrar el patrón y era, para mí, una forma de hacer una obra no solo sobre ella, sino con ella. Lo de escribir en los papeles contables, fue incluso debido a que mi tía fue la contadora de la tienda de mis abuelos y, en un contexto en el que los negocios formaron la médula real de la vida cotidiana tusán, esta escritura contable es probablemente la forma más fidedigna de registro de la tusanidad en el Perú. 

 

Retratos del álbum Campos del Perú. Foto: Archivo de Hernán Hernández Kcomt

 

El álbum Campos del Perú se encuentra en exposición en Trujillo, ¿llegará en algún momento a las galerías de Lima?

Una primera versión (de las fotos sin álbum) fue expuesta en Monumental Callao en la colectiva Mestizaje XXY, pero espero mostrar este álbum en una exposición individual que debo preparar para el próximo año, junto con nuevos trabajos en que espero explorar mejor la identidad tusán en relación con los negocios, la precariedad y una cierta ideología proto neoliberal.

¿Cómo ha recibido el público trujillano esta obra y en especial los tusanes de Trujillo? 

Percibí interés del público general. Recibí buenos comentarios. Los tusanes en Trujillo, como quizás en el resto del Perú. se encuentran divididos en la actualidad. Se encuentra la generación de mi tía, los hijos de los migrantes chinos; y una migración muy posterior de chinos durante el último cambio de siglo. Creo que mi obra le habla a esa generación de mi tía que se encuentra en un intermedio y que nunca llegó a encontrar una identidad del todo cómoda en el Perú, pero que tampoco pertenecía (y en muchos casos ni siquiera hablaba el idioma) de China.

 

 

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